Leonora Carrington plasmó en este famoso mural la magnificencia de los mayas. Ésta civilización mesoamericana que continúa fascinando al mundo, la cual alberga secretos y resuelve incógnitas en torno a la naturaleza y nuestro papel ante los astros. Esa magia fue la que capturó a la pintora; Leonora la surrealista; supo absorber la sabiduría de los mayas transformándola en una pieza invaluable.
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El mural maya
El mundo mágico de los mayas, se realizó especialmente para el Museo Nacional de Antropología, entre 1963 y 1964. El director en ese entonces, Ignacio Bernal se lo encargó a Leonora. La mística de la pintura reside en las imágenes, las cuales provienen del mismísimo Popol Vuh, el libro sagrado de los antiguos mayas-quichés. En el histórico documento se encuentran observaciones directas de la sociedad tradicional maya contemporánea y algunos elementos de la Mitología celta.
El mural cuenta con más de 4 metros de largo, elaborado con la técnica de temple, con un dibujo preparatorio en grafito. A primera instancia, nos muestra una representación del cielo, la tierra y el inframundo del mundo maya. Podemos ver a la comunidad en su quehacer cotidiano, y a la naturaleza imponente con sus montañas y un cielo rojo. Así mismo es conocido como El mundo de los tzotziles.
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La naturaleza y la magia
Ese conjunto completo lo utilizó en gran parte de la producción artística además de otros métodos que ayudaron a Leonora a concebir un tema de este tipo. Está documentado que previo a que la artista se metiera de lleno en la realización del mural, Carrington pasó 6 meses en San Cristóbal de las Casas.
Donde estudió las diversas prácticas religiosas y tradiciones de la civilización antigua; además de la relación entre el hombre y la naturaleza en la cosmogonía maya y las diversas técnicas de medicina herbolaria tradicional. Carrington se dedicó a hacer un registro a partir de dibujos realizados in situ. La mayoría de los bocetos de animales eran los residentes en el parque zoológico de Tuxtla Guttiérrez, donde pudo estudiar las características de las especies autóctonas.
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Destino final para el mural
La obra estuvo un breve periodo en el Museo Nacional de Antropología, más tarde viajó al Museo de Tuxtla Gutiérrez, donde permaneció intacto hasta 1985. Pero el mural viajero siguió cambiando de sitio; desde finales de 2004, regresó al Museo Nacional de Antropología. Se expuso exactamente en la sección etnográfica del MNA, en la Sala Mayas de las Montañas (Ingarao, 2008). Tuvo una participación en la Galería Tate de Liverpool en 2015, para celebrar el año de México en Gran Bretaña y el de Gran Bretaña en México, pero ya está en su sitio en la Ciudad de México.
Cinthia Flores
Fotógrafa y reportera.
