En el mundo existen muchas personas que están fascinadas por el mundo de los alucinógenos. Escapar de la realidad siempre ha sido atractivo para el ser humano. Es por eso que buscamos experimentar con todo tipo de plantas y sustancias. Es así como llegamos a los hongos y descubrimos las maravillas de la psilocibina.
La psilocibina es una sustancia alucinógena que se obtiene de algunas especies de hongos. Sus efectos son populares por todos aquellos que gustan de tener esas experiencias que alejan tu mente de lo común.
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Usos de psilocibina
Los usos más comunes son recreativos. En Estados Unidos son muy populares entre la comunidad universitaria ya que la usan en sus fiestas para abrir sus mentes a otros mundos.
Otro uso común de los hongos es para gente que busca hacer una introspección de su vida. Esto se hace normalmente en ceremonias con personas especializadas que te ayudan a llevar un «mejor viaje». Esta forma es de las más comunes sobre todo para aquellos que se identifican con subculturas hippies, new age y todos sus derivados.
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Uso como antidepresivo
En los últimos años han existido numerosos estudios que han llevado a la investigación de la psilocibina como un auxiliar para el tratamiento de enfermedades mentales, específicamente la depresión y el trastorno de ansiedad.
Investigadores de Johns Hopkins Medicine han informado que, en un pequeño estudio de adultos con depresión mayor, la administración de dos dosis del fármaco alucinógeno psilocibina, con psicoterapia de apoyo, produjo grandes y rápidas reducciones de los síntomas depresivos.
También se han observado resultados en personas con tendencias obsesivas compulsivas al apagar los transmisores en el cerebro que provocan esas fijaciones.
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También en España. El Institut de Recerca Sant Joan de Déu, en Barcelona, tiene en marcha una investigación sobre los efectos de una dosis única de psilocibina en pacientes con depresión resistente al tratamiento. Los pacientes reciben una dosis (de 1, 10 o 25 miligramos, para evaluar los efectos de distintas cantidades), siempre bajo la supervisión de un terapeuta. Y durante tres meses se ha seguido a los participantes, con apoyo médico y psicológico. Los resultados no se han publicado todavía. Pero hay ya evidencia de sus ventajas.
Ruy Martínez
Músico de profesión; periodista de oficio. Reportero en Indie Rocks! y donde se me invite. Lector activo. Amante de el cigarro y la buena (y mala) cerveza.