En 1965 Sam Gilliam se convirtió en la figura que revolucionó la pintura. Fue el primer pintor que introdujo la idea del lienzo sin soporte. Gilliam abandonó el marco y la camilla para cubrir áreas con enormes telas manchadas de pintura. Se le consideró un visionario e innovador ya que su estilo improvisado tuvo un éxito fenomenal y una amplia influencia. Recibió encargos públicos y privados por sus lienzos, tantos, que pronto comenzaron a llamarle el «padre del lienzo».
Reconocido internacionalmente como el principal pintor contemporáneo afroamericano de Color Field, a Sam Gilliam se le ubica claramente por los grandes lienzos manchados de color que suspendió de paredes y techos a finales de los años 60 y principios de los 70. Desde entonces su estilo se ha caracterizado por tener etapas, basadas todas en su constante exploración de vías de expresión.
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El origen de la vocación
Sam Gilliam comenzó a pintar cuando era estudiante de primaria. Resalta siempre el importante estímulo de su profesor de arte de quinto grado, así como un programa especial de arte en la escuela secundaria Madison de Louisville. Se graduó a los 18 años de la Escuela Secundaria Central en Louisville. Posteriormente asistió a la universidad local y se graduó en bellas artes a los 22 años de edad.
Ingresó a su posgrado, pero el servicio en el ejército le apartó momentáneamente de su pasión. Regresó a Louisville después de su baja y terminó su maestría en bellas artes en la Universidad de Louisville en 1961. Aunque Sam Gilliam no tuvo un acercamiento con el expresionismo abstracto, el desarrollo de este particular estilo en la década de los años 50, generó una cierta influencia sobre su estilo. Sus maestros fueron más influenciados por el arte emocional de los expresionistas alemanes.
Sus pinturas eran principalmente abstracciones figurativas que empleaban colores oscuros y atrevidos, provistos de naturaleza melancólica. Uno de las etapas más importantes para el arte abstracto fue la surgida en Washington, D.C; conocida como la Escuela de Color de Washington.
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Reconocimiento de un estilo
Sam Gilliam llegó a Washington en 1962, cuando sus obras ya eran muy conocidas. Un año más tarde conoció a Thomas Downing, quien le introdujo en el reino del arte del color citadino. Fue en ese momento que Gilliam decidió renunciar a su estilo melancólico en favor del arte no representativo.
Sus primeras obras en la ciudad en la que radica hasta ahora, fueron grandes pinturas de bordes limpios con áreas de color aplicadas de forma plana. Sam Gilliam creó las primeras abstracciones de rayas diagonales en campos cuadrados, y experimentó pegando y vertiendo colores, doblando y tiñendo lienzos, y doblándolos húmedos contra sí mismos para imprimir formas verticales, angulares y axiales.
Una de las obras más grandes y finales de la serie «drapeada«, por la que se conoce como el ícono de las pinturas «Drape«, fue «Caballitos de Mar«, de 1975. Constaba de seis partes e incluía varios cientos de metros de lienzo manchado de pintura.
Sam Gilliam se encontraba en el apogeo de su popularidad cuando repentinamente dejó de producir lienzos drapeados y comenzó a crear collages geométricos dinámicos, influenciados por los músicos de jazz Miles Davis y John Coltrane.
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Innovación y docencia por amor al arte
Los trabajos más recientes de Sam Gilliam son pinturas con textura que incorporan formas de metal. Continúa su producción de nuevas series, con esmalte y pinturas acrílicas, con lienzo, nylon y materiales para toldos junto con aluminio y otros metales. Se le reconoce habilidad para ir más allá de la estética de la pintura, lo que le ha asegurado prominencia como un pintor contemporáneo, para muchos excitante e innovador.
Sam Gilliam es percibido como creador de arte pública, debido a que trabaja frecuentemente a escala monumental. También es uno de los pocos artistas afroamericanos exitosos y autosuficientes que ve la enseñanza del arte como una misión. Su amor por la enseñanza se desarrolló durante el año que pasó en las escuelas públicas de Louisville, donde enseñó durante casi una década en las escuelas públicas de Washington,
Actualmente dedica tiempo a la realización de talleres, participaciones en paneles e impartición de conferencias. Sam Gilliam es un portavoz elocuente de su trabajo, ha recibido dos premios del National Endowment for the Arts, becas de la Galería de Arte Moderno de Washington y de la Fundación Guggenheim. Es poseedor de un Doctorado Honorario en Letras Humanas de la Universidad de Louisville, escuela que vió al artista nacer y que lo ha acompañado durante su expansión artística.
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Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola