Ser gay desafortunadamente en épocas pasadas era considerado una terrible enfermedad. Sí, aunque suene como una idea primitiva, de las cavernas, la sociedad creció con eso inculcado. Sin embargo, gracias a la lucha de personas ahora íconos para la comunidad LGBTQ+ ser gay es asociado menos a las enfermedades y sobre todo, existe una brecha un tanto más tolerante.
Fue durante los años 80, que se podían ver debates transmitidos en televisión donde los invitados «especialistas» alegaban que la homosexualidad era una enfermedad. La mayoría de las veces aparecían a cuadro un activista gay, un sociólogo, un sacerdote y un psiquiatra.
Actualmente no estamos tan alejados de esa triste realidad, pues en pleno siglo XXI existen al menos 70 países que siguen considerando la homosexualidad como algo ilegal.
LAS CONTRIBUCIONES LGBTQ+ A LA MODA
La homosexualidad no es un trastorno mental
La parte amable de esta situación es el gran avance que se ha dado, pues activistas gays y de la comunidad LGBTQ+, a través de esfuerzos que duraron toda una vida. Se logró finalmente que la OMS dejara de catalogar la homosexualidad como enfermedad mental; de esto ya más de 30 años. Fue así que el 17 de mayo de 1990, el organismo retiró de sus manuales de enfermedades mentales a la homosexualidad y las banderas arcoiris pudieron volar libremente en el cielo.
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La clasificación retrógrada de la OMS respaldaba lo siguiente en el año de 1948. En la primera versión de la CIE, se incluyó una sección de trastornos mentales, que indicaba que la homosexualidad era una desviación sexual, la cual era un reflejo de un trastorno de personalidad subyacente.
«Estos cambios reflejan tanto los estándares de derechos humanos emergentes como la falta de evidencia empírica que respalde la patologización y medicalización de las variaciones en la expresión de la orientación sexual».
OMS
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Cuatro años después, la ONU se abrió a la brecha de tolerancia y respeto. Donde señaló que «los Estados partes deben cerciorarse de que las preferencias sexuales de una persona, no constituyan un obstáculo para hacer realidad los derechos que reconoce el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La identidad de género también se reconoce como motivo prohibido de discriminación».
Prácticas para «curar» la homosexualidad
Tal cual, en esos tiempos obscuros si una persona resultaba ser gay, el caso era tratado como todos los problemas psiquiátricos. Pues se creía que esa «alteración de la conducta» podía curarse con diversas terapias, tratamientos y rituales religiosos.
Y si nos regresamos a la época medieval, cualquier tipo de relación homosexual era condenada en lo espiritual por la Iglesia; reprimidas y castigadas por los tribunales castellanos a partir del siglo XIII.
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TODOS SOMOS UN POCO BISEXUALES, AUNQUE LO NEGUEMOS
Cinthia Flores
Fotógrafa y reportera.