Tengo un amigo aventurero que un día decidió —como varios de nosotros hubiéramos querido— descubrir los tesoros dentro del viejo y bello edificio Frontón México, en la colonia Tabacalera de la Ciudad de México. No sé cómo logró entrar por primera vez; pero cuando lo hizo descubrió un anfiteatro con asientos empolvados en espera de los espectadores que anteriormente disfrutaban y apostaban por millones de pesos en juegos de jai alai. Todo art decó. Tiempo pasado.
“El palacio de la pelota”, como también se le conocía, se inauguró en 1929. Fue diseñado por los arquitectos Teodoro Kinhard y Joaquín Capilla. Ha permanecido cerrado desde 1996, después de una serie disputas entre su dueño, Antonio Cosío, hoy uno de los empresarios con mayor poder en México, y sus concesionarios, lo que desató una huelga de trabajadores y pelotaris. En el momento que cerró, el Frontón México tenía aproximadamente 500 empleados. En 2010 se programó una reapertura y en 2013 pasó lo mismo. Tres años después la promesa ha regresado, mientras cinco ex trabajadores mantienen su prolongada huelga, en espera de una resolución.
EL ART DÉCO, CONOCE ESTA CORRIENTE ARTÍSTICA
Mi amigo exploró cada piso, la cancha, los baños, el restaurante, la cabina de apuestas —pintada de un tono suave de color rosa— en la que millones de pesos nadaban en busca de dueño. (Y es que durante la edad dorada del jai alai allí se daban cita artistas, políticos, empresarios, pelotaris famosos… la clase alta de una época que terminó súbitamente a mediados de los noventa). La azotea tiene una vista particular hacia el Monumento a la Revolución y su Plaza de la República; uno se puede posar como francotirador, los que caminan abajo nunca miran hacia arriba.
En diciembre de 2015, la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) anunció lo que será la renovación definitiva del lugar. Dos fases de construcción traerán consigo un nuevo escenario para el jai alai con tribunas retráctiles, para que pueda ser, también, centro de espectáculos: conciertos, peleas de box, congresos… “habrá restaurantes y los inversionistas están previendo que sea un centro cultural y un centro de esparcimiento para la ciudadanía”, dijo Salomón Chertorivski, titular de la Sedeco. 50 millones de dólares volcados en las obras del edificio.
Sybil Leek: la bruja más famosa de la Gran Bretaña que trajo la Wicca a México
Después de aquel primer tour, la conciencia de mi amigo se deslizó; comenzó a preocuparse por el hecho de dejar la puerta abierta, y que alguien más pudiera entrar y hacer un desmadre. Entonces, como buen ciudadano y protector del edificio, puso su propio candado. Así quedó durante mucho tiempo. Solo para nosotros.
Mientras su candado protegía la entrada tuvimos la libertad para entrar cuando tuviéramos ganas de jugar, incluso inventamos juegos usando raquetas de ping pong, o de squash utilizando la cancha completa. Disfrutamos mucho esos sábados de front-pong; escuchábamos música en una bocina portátil, y tomábamos cerveza para mitigar el cansancio logrado durante nuestros torneos. Hasta que un día llegamos y nos dimos cuenta que varios candados suplantaban el nuestro, y que trabajadores evisceraban las instalaciones. La remodelación había comenzado.
El Frontón México ya no será como era. Solo se respetará su fachada. Lo demás, su mobiliario, sus recuerdos, sus ecos de pelota y toda una época de viejas glorias, cuando la ciudad era otra, están siendo desechados para siempre. Lo que podría ser bueno, pero supongo que esa gente del hotel no nos va a dejar subir a la azotea a tomar un baño de sol. Pronto lo sabremos. Lo único que me queda son las fotografías.